martes, 29 de septiembre de 2009

Gracias Totales...

... Y triunfó la eficacia simbólica de Levi-Strauss y la eficacia de los sentimientos de Rappaport...




Así fue.

martes, 22 de septiembre de 2009

Sobre el lavado de dientes, el baño y otras yerbas

La gente pone mucho de sí en el lavado de dientes, es algo muy personal. Admiro infinitamente a aquellos que pueden lavarse los dientes con muy poca pasta y con la boca cerrada sin mirarse al espejo. Admiro a aquellos que mientras están hablando con vos se paran, van al baño, agarran el cepillo, le ponen un poco de pasta y se lavan los dientes adelante tuyo sin problemas.

Mi mamá es una de esas. Lo único que no me gustaba es que cuando me retaba y me sermoneaba, mientras me estaba hablando iba a mi baño y se lavaba los dientes con mi cepillo.

Yo no soy nada discreta, yo soy un asco: yo sólo me puedo lavar los dientes con la boca bien abierta mirándome al espejo. Es preciso que yo supervise cada cepillada frente al espejo; mi lavado requiere que yo abra la boca muy grande y es por eso que siempre termina toda mi cara sucia, llena de esa mescla pestilente de pasta dentrífica y saliva inmunda. Obvio que semejante ritual escatológico conduce a una sonrisa muy pero muy blanca y prezioza siempre. Pero de todas formas es algo que prefiero hacerlo "sho zola" frente al espejo, y preferentemente con la puerta del baño cerrada. No me gusta compartir eso con nadie; para mi, lavarme los dientes, es casi casi como cagar: algo muy íntimo y privado. Yo tenía un amigo que decía que el momento de hacer de lo segundo es "el momento más débil del hombre"... Y sí, la verdá que tenía razón. Ni hablar.

R. se lava los dientes mientras se baña. A la mañana siempre escucho el sonido de la ducha con algunos especies de espamos tipo arcadas... Es que R., además de los dientes, se cepilla la lengua, muy profundo, parece... Eso sí que nunca lo entendí: yo me lavo los dientes, pero ¿la lengua? What for? Lavarme la lengua se me hace de boca zuzia que dijo mucha grocerías... Y yo soy muy propia y reservada, vio.

El baño es algo muy privado. Muy de cada uno. Cada uno hace lo que se le da la gana ahí adentro y lo demás no importa nada. Yo antes me pasaba horas en el baño... Desde que con-vivo hago pis con la puerta abierta, y no me importa nada lo mismo... Hasta hay veces que sí o sí tengo que hacer de lo segundo mientras R. se baña, porque en nuestra guardida tenemos un sólo baño. Y nuestro baño no es compartimentado...

Y me acuerdo de la casa de mis viejos, de cuando a mi papá se le ocurrió la maravillosa idea de construir un baño compartimentado para nosotras tres solas, un baño para ellas solitas... La verdad es que gracias a eso no había pleitos: cada una se podía demorar lo que quisiese en la ducha, total, la que tenía necesidades fisiológicas podía demorarse todo lo que gustara en eso, porque el cuarto de baño tenía varios cuartos, estaba compartimentado. Los problemas llegaban cuando a alguna se le ocurría llegar con algún acompañante... Hombre... Y una quería andar despreocupada por la casa y no se podía, había visitas... Peor: había hombres.

El baño sigue siendo mi lugar favorito de favoritos. Sólo hay dos cosas placenteras que no me gusta hacer en el baño: comer y coger. Pero para todo lo demás, el baño es el baño. Me pregunto si se podrá poner un proyector con sonido stéreo en la ducha...

Y a veces hasta es bueno compartir el baño...

A veces es bueno compartir.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Sueño

Anoche soñe que mi vida era un sueño.
No sé cómo era, pero no era (no es).
Los sueños sueños son
(ya lo sé, ya lo aprendí)
pero el shock era que en algún momento despertaba.
Dejame dormir, yo quiero soñar.
Dale, abrazame un poco
dejame no sentirme así
me cubro con la cobija y me acobijás.

Mi vida no es un sueño
pero no quiero despertar de esta pesadilla.

Anoche soñe que mi vida era un sueño
y yo me perdía.
Me iba, me fui.

Y así fue cómo me perdí.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

That's not the way I like it

La piba se vino a México a pasear y porque está metida en el negocio de las luchas, del moderno y novedoso Todo Vale o Tudo Vale o Mixed Marcial Arts o Artes Marciales Mixtas. Yo ando buscando hacer algo con mi cuerpo pseudo inerte y accedo a una clase de Muai Thai y como no tenía el outfit adecuado acepto vestirme ad hoc y me pongo un shorcito grande y brillante y una musculosa al cuerpo. La piba me dice que así me veo bien, yo posta que no le creo ni un poco. Después un muchacho corpulento y grande y alto que en otro contexto me daría miedo me dice que le pegue al paw con el codo (parece que este arte marcial es bien zuzio) y yo cumplo pero se burla de lo mal que lo hago y de mi poca fuerza. Pienso en desafiarlo y cuando me toca entrenar las piernas me luzco y hasta me felicitan porque parece que pateo alto y con fuerza. A la media hora de empezar el ambiente huele a testosterona mal pedo y no me gusta nada, olor a chivo-sudor concentrado y cuerpos muy masculinos muy sudados, me percato muy tarde de que hay una piba más en el ring porque parece uno más...

Termina todo y yo con el codo lastimado y con un olor pestilente. Definitivamente tengo que hacer algo con mi cuerpo, definitivamente tengo que tener más fuerza y disciplina para muchas cosas, definitivamente esto no es para mi...

Ahora me toca retomar con algo que probé y me gustó mucho en su momento: el kung fu.

A mi me gusta eso de concentrarte mucho y poner mucha fuerza pero controlada y por nada del mundo me gusta estar rodeada de machos sudados pestilentes...

Yo quiero una danza oriental meditativa y mística, yo quiero aprender a defenderme para no tener que pelearme nunca en mi vida...

domingo, 13 de septiembre de 2009

Me dicen el Hugh Hefner aragonés...

No, yo te digo que no sirvo para esas cosas de ser el chico sexy y encantador y seductor. Yo no ando en ese tren. Yo soy de los que se van al sobre cuando hay mucha chamba de por medio... Yo soy de los que a veces prefieren que esa historia que se les ocurrió ande en su cabeza de por vida y nunca se concrete. Yo soy de esos pibes que deliran, de esos que sueñan. Yo no laburo, yo pienso.

Y Qué lindo que es soñar.

Ayer no me acuerdo que soñé. Había un olor nauseabundo a hospital y algo más... Unas tetas gigantes y turgentes que parecía que me iban a asfixiar... Me desperté cuando alguien preguntaba por mi... O por alguien, no entendí. Me asusté lo mismo, me aturdí.

Yo sigo siendo el Hugh Hefner aragonés, pensé. Me relajé y seguí durmiendo. No, no estaba solo.

Pero no estabas vos, tampoco.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Sobre cómo hacer el amor en los parques...

Cómo hacer el amor en los parques es un libro de Nicolás Casullo (Q.E.P.D), un gran pensador argentino contemporáneo que vivió en México exiliado unos años. En ese texto trata un poco de la juventud como espacio de búsqueda, de apropiación de los espacios públicos, de (algunos de) los idearios propiamente juveniles y propiamente revolucionarios...
Es que los jóvenes no son rebeldes, tan sólo quieren otra cosa. Algunos tienen más clara que otro qué quiereno, pero casi todos los jóvenes son, casi por condición natural, soñadores y revolucionarios...

[Y esta humilde servidora se resiste a ser una adulta contemporánea... Esta servidora se resiste a perder la curiosidad y frescura propias de la juventud, y si para eso es menester chuparle la energía a unos cuantos, se hará justicia, entonces...]

Y ayer esta señorita paseaba por las calles de la Condesa (un pseudo Palermo Góligo) y por la Roma (un pseudo San Telmo) y notaba que a las calles en esta ciudad no son tan frescas y se aterraba pensar que en la era Macri-mano-dura las de su Buenos Aires querido ya deben estar igual de desiguales, igual de fragmentadas, igual de jodidamente exclusivas, igual de marginadas.

Y esta jovencita se puso a pensar en que nadie hace el amor en la calle. Nadie anda buscando una historia en cada esquina, nadie busca el amor en lo espontáneo: todo el mundo busca su plan de vida y pareja cómoda en el trabajo, en la facultad, en los amigos de los amigos... Todo el mundo insiste en que la calle está peligrosa y que los pibes son todos unos delincuentes, unos malvivientes... ¿Quién se anima a apropiarse tanto del espacio público, gratuito y popular, como para coger en la calle?

Y de golpe la muchacha se acordó de su amiga A. cuando la encontró una patrulla en pleno-plenísimo-y-ardiente-pornográfico-acto-sexual ahí bien cerquita de las vías del tren, allá por la estación Flores... La muchacha, muy propia y nada arrepentida, ninguna delincuente, muy humildemente, desnuda y vulnerable le gritó al policía: "Oficial, no sea imprudente y dése vuelta y espere a que me vista. En seguida lo atiendo." El policía, muy propio también, se dio vuelta y esperó a que la muchacha se vistiera y que el muchacho también hiciera lo propio, y luego se los llevó a pasar la noche en el calabozo. Eso sí: lo puso es celdas separadas.

Y con esta anécdota me puse a pensar en los delitos, en qué está bien y qué está mal, en que qué bueno que ahora se puede consumir marihuana libremente en la Ciudad de Buenos Aires y que qué cagada que se la agarren con mi amiga y su chico, que qué cagada que no se puede beber en la calle en un carbaval, que siempre los peores delincuentes, los más hijos de puta, son los que deciden quiénes son delincuentes, cuándo, cómo y qué es delito y así nos vamos quedando sin libertades...

Yo insisto: la ciudad está para vivirla, para disfrutarla. Y es de todos. Cada uno la debe de vivir a su modo.

martes, 1 de septiembre de 2009

Un poco de poesía de verdad


Qué he sacado con quererte

¿Qué he sacado con la luna,
que los dos miramos juntos,
qué he sacado con los nombres,
estampados en el muro?
Como cambia el calendario,
cambia todo en este mundo.

¿Qué he sacado con el lirio,
que plantamos en el patio?
No era uno el que plantaba,
eran dos enamorados.
Hortelano, tu plantío,
con el tiempo no ha cambiado.

¿Qué he sacado con la sombra,
del aromo por testigo,
y los cuatro pies marcados,
en la orilla del camino?
¿Qué he sacado con quererte,
clavelito florecido?

Aquí está la misma luna,
y en el patio el blanco lirio,
los dos nombres en el muro,
y tu rostro en el camino.
Pero tú, paloma ingrata,
ya no arrullas en mi nido.

Violeta Parra

(La hermana de Nicanor, que a los quince días de escribir y componer "Gracias a la vida" colgó la toalla y se fue... Se suicidó... Violeta, ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué nos hiciste eso? Nos diste mucha poesía, pero no toda la que traías, toda la que guardabas... )