Nunca me importó el mañana. La verdad es que el mañana siempre estaba ahí, por azotarme, por caérseme en la cabeza, y sabía que un día me iba llegar, pero no era cuestión de recabar en él, tan sólo lo pasaba por alto.
Un día me llegó: me cayó el veinte de que el futuro llegó hace rato.
Y cuando empezás con los compromisos de golpe te das cuenta de que no hay vuelta atrás. Y me encanta.
Nunca hubo vuelta atrás, todo es irreversible. Lo que pasa es que a veces no nos damos cuenta y nos cuesta caernos del catre para digerir eso.
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1 comentario:
it´s called a baby in your womb.
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