lunes, 19 de mayo de 2008

Crónicas de México Parte 1

Me pidieron del diario crítica que escribiera algo sobre México...
Esto es lo que escribí:

Me llamo Cecilia y vivo en México D.F. desde hace un año y medio más o menos. Me vine medio kamikaze y sin prisa pero sin pausa ando viviendo la experiencia más hermosa de mi vida ¡Esta ciudad es increíble! La llegada fue más que impresionante, mirar por la pequeña ventanita del avión y divisarla por ¡45 minutos! Sí, nunca creí que una ciudad fuera tan pero tan inmensa… Por momentos me olvido que además está superpoblada: me acuerdo cuando tengo que hacer colas… Infinitas y tediosas colas… Filas que nunca hice: para comprar boletos de metro, para ir al baño, para comer en un restaurante, para entrar al metro en hora pico, para subir en un ascensor, para comprar algo en la cafetería de la facultad… Y siento que de a poco voy dejando la mufa y el “despotrique” y voy cambiando todo por la risa, el gusto por lo exagerado, barroco y folklórico, la eterna paciencia, en fin… Antes viajaba en el subte a hora pico y me quejaba en voz alta; entonces algún infeliz más se me prendía, y así me arruinaba el día (yo solita, claro). Me bajaba del subte pensando “No es posible que viajemos como vacas, esto atenta contra nuestra calidad de vida, qué país de m…” ¡Y acá ya no puedo putear más! ¿Quién puede sentir algo al decir “Chinga tu madre”? Yo, nada… Y para decir “La puta que lo parió” y que nadie me entienda o se ría de mí prefiero moderar mi léxico… Igual ya no me dan ganas: Viajo en metro apachurradísima (muchísimo peor que en el subte porteño) pero veo a todo el mundo tan… acostumbrado… Que sé que si me quejo en lugar de sumarse me van a tratar de loca. Y sí: acá la que está de más, en todo caso, soy yo. Así que, no sé como ni cuándo, viajo en metro en hora pico como vaca y ¡Feliz!… Y sobre todo ¡Es tan pero tan hermoso que la gente no se queje! Ya sé: muchos argentinos, resentidos o no, dirán: “Es que es un pueblo sometido”. Y yo les digo que sí, que tienen razón. Yo les digo que acá el que es pobre está jodido, que acá hay una fragmentación social espantosa… ¿Y acaso en Argentina no? Volviendo a la cuestión de los “cambios” hay uno que me hace sentir muy pero muy mexicana (aunque no lo sea): ¿Qué hacemos los argentinos cuando nos levantamos con una resaca galopante? Nada. Y qué te recomiendan para ESE estado: Dieta líquida. “Toma mucha agua, te vas a deshidratar” ¿Y saben lo que hacen los mexicanos y yo? Nos levantamos con “cruda” (así se le dice a la resaca) y nos comemos un tremendo plato de caldo de “barbacoa”: un caldo hipergrasoso de cordero con garbanzos, cebolla fresca, cilantro y limón ¡delicioso! Y para no deshidratarse nada mejor que una “michelada”: cerveza con salsa Valentina (muy picante), limón y sal… Yo tomo el caldo (porque no tomo cerveza) y estoy como nueva… Ah, y para los que le gustan los mariscos, para la cruda, nada mejor que un “vuelve a la vida” (así se llama): una sopa de tomate con camarones, ostiones, ostras, pulpo, calamar y demás cositas… También muy picante con los infaltables “limón y sal” (así se toma el tequila). Hagan la prueba a ver cómo les va (y olvídense de las pastillitas, aspirinas y otros químicos).

7 comentarios:

utopica51 dijo...

Cuando sale la nota en Crítica?

Chechula dijo...

parece ser que el domingo

Vivian dijo...

Qué bueno lo de la nota, ceci!!! me encantó!!

Vivian dijo...

Qué bueno lo de la nota, ceci!!! me encantó!!

Anónimo dijo...

me dan muchas ganas de ir alla. muy lindo lo q escribiste.

Unknown dijo...

Chula! Muy bueno el texto, no sabía que habías salido en Crítica!

besos

Maria Turner dijo...

hace mucho que no te leia!!!

muy bueno!! yo tambien odio la queja (esto no es una queja!)