domingo, 6 de diciembre de 2009

For Export


Hace treinta años más o menos Argentina exportaba CARNE...

En todo el mundo se veían películas de la Coca, los japoneses fantaseaban de lo lindo con ese cuerpo tan exuberante como imposible cuando aún no existían las cirujías estéticas... Esas tetas estaban hechas de unos cuantos bifes de chorizo, choripanes y chinchulines... Acá en México, en las películas de ficheras y las de Mauricio Garcés, me he topado una que otra vez con una Zumla Faiad, con Sasha Montenegro (que de hecho se casó con un ex presidente priísta-fósil-decrépito...), hasta incluso con otras ignotas en su propia tierra como Cristian Bach, no tan "carnosas" y conocidas sólo por su madre...

(Es más, estas chicas no sólo eran pura carne sino que tenían cierto compromiso con su país y con su historia, no eran unas descerebradas frívolas... Cuenta la leyenda que a Puig lo salvaron Norma y Mimí Pons, porque parece que lo fueron a buscar los milicos al teatro y las hermanas salvadoras lo enrollaron en una alfombra y así se lo llevaron a Ezeiza... Oh, sí, eso sí es ser un patriota... ¡Salvar a Puig!)

La Carne era parte de nuestra cultura, de nuestra identidad...

¿Quién puede olvidar esas frases memorables entre Minguito y La Coca, un frigorífico, un "suélteme, canalla, podría ser su madre"...? Eso era arte, no me jodan. Eso sí que tenía onda y cultura, eso sí que era simbología con bases reales... Eso sí que era for export.

Hoy por hoy se exportan modelos anoréxicas sin onda y sin ondas... Tábulas razas que ni siquiera conocen algo de su pasado y de su identidad argentina... Tábulas razas en un sentido amplio...

Y el otro día estaba yo en el Tec de Monterrey, en un lugar clasista por excelencia, el templo de la eficiencia del modelo neoliberal y el TLC a mansalva, todo muy güerito y muy fashion (pero grasita, sin onda ni identidad, como todo lo propio de la clase panista de derecha conservadora, claro) y resulta que los pibes ahí no tienen un comedero pa todo público barato y popular como cualquier hijo de vecino en cualquier universidad pública... No, no... Ellos tienen una oferta gourmet variada y carísima.

¿Y adivinen qué encontré entre esos puestos de comida exótica y gourmet? ¡Sí! ¡Me encontré con un changarro argentino!

Y sí, vistes, acá parece que clavarse un choripan no es NAC AND POP (Nacional y popular) como en Argentina, no no, no... Acá comerte un chori es re gorumet re fresa re cool re buena onda...

Y yo, por más que coco y drilo me lo adviertieron, decidí pagar ¡38, 5 pesos! un choripán a ver qué tal se sentía ser cool con algo tan grasa en un lugar tan top pero tan naco y de mal gusto... (O si, querido Tec, esa arquitectura futurista no pega ni con cola con nada... a tu diseñador lo eligió el enemigo)

Y no, nada que hacer... Estaba re feo. No hay como los choris de Saavedra Bridge o de algún lugar tan marginal como pestilente y argentino...

¿En qué momento las mujeres dejaron de comer choripanes y se volvieron adictas a la lechuga? ¿En qué momento se puso de moda la tábula raza en un sentido amplio y por qué?

Ni hablar... Tenemos que seguir eportando carne...

A comer choripanes, chinchulines, mollejas y... por supuesto, muchos bifes de chorizo...


1 comentario:

utopica51 dijo...

Ya no podremos exportar porque la cruzada revolucionaria K contra la "oligarquía vacuna" hizo que todos se dedicaran a faenar vacas y reemplazar campos de engorde de ganado por sembradíos de soja.Dentro de poco deberemos pasarnos a la soja porque no nos va a quedar una sola vaquita...