miércoles, 16 de abril de 2008

Necrofilia

Acá en México no sé porqué pero le rinden culto a los muertos desde lo material. Les limpian las tumbas, le llevan comida, plantitas, regalitos... Y ahora como hay poco lugar para enterrarlos (hay poco lugar en general, acá se vive como piojo en costura o a la ostentación multimegamillonaria de Luismi o del Corchito Erótico) ahora se usa cremarlos. Después de velarlo, lo creman en una ceremonia muy emotiva (casi casi en frente tuyo) y te lo dan en una bolsita y vos le comprás una urnita y te lo llevás a tu casa. Es muy importante para los mexicanos tener cerca a sus muertitos. Les hace bien: gracias a esto pueden dormir tranquilos porque saben que sus fallecidos no están solos, su familia los sigue cuidando. Al lado de la urna le suelen armar un pequeño altar donde uno, si quiere, puede saludar y conversar con el finado. Yo no siento eso. Todas las personas que se fueron las despedí y nunca más las evoqué. Nunca fui a visitar a nadie a un cementerio. Nunca hablé con muertos. Están en mi cabeza, en mis recurdos, y ya. Pienso que si las ando convocando todo el tiempo no las dejo descansar en paz.
El otro día vi con un amigo y su hermano "Retiro", la película que mi hermana hizo sobre mi abuelo. Mis amigos se emocionaron mucho, les encantó, y me preguntaban cómo me sentiría yo viéndola. En el momento no sentí nada en particular, pero me quedó un sabor extraño. Me quedé sola y me puse a llorar. Nunca había llorado por mi abuelo. Pero anteayer lo extrañé mucho. Y entendí un poco que la muerte en realidad no es un fin sino un tránsito. Enetndí porqué acá los muertos no se mueren, sólo pasan a otro estado. Me sentí mal por no acompañar a ningún fallecido en su nueva vida, por, simplemente, no creer en eso.

1 comentario:

Maria Turner dijo...

cada un acompaña como puede y como le sale. me parece sabio el hehco de dejarlos ir. no por eso los dejas de cuidar.