lunes, 25 de mayo de 2009

Festín desnudo o el almuerzo desnudo

Yo no sé si William Borroughs mató a su mujer. Las leyendas cuentan que a la generación beat les dio un amor inusitado por México y se quedarón acá para destruirse un rato. En la Roma, una colonia-barrio muy clásico de este Defectuoso (algo así como San Telmo, ¿me seguís?), te hacen una visita turística por donde vivieron y donde mató a su mujer. Tal vez la mató por putito arrepentido, por gay de clóset, tal vez era mucho más pelotudo... O más inteligente, no lo sé. Pero darte un pazote con insecticida puede ser muy peligroso. La máquina de escribir se pone re complicada... Dale, mojame un poco los labios con ese polvito amarillo... Yo ¿era? homosexual... ¿Era posible que yo haya sido una de esas cosas sub-humanas?
William, no te hagas, no intentes solucionarlo... Así sos, así eras, así fuiste. Pinche putito malcogido resentido drogón culpógeno.
No te hagas el desentendido, no finjas que estás bajo los efectos de alguna droga o alcohol porque te vimos con el pibito ese...
Tu podrías llevártelo a la cama con muy poco esfuerzo. Con humor mortalmente afrodisíaco.
Ya sé: el humor autorreferencial, la autoburla, te hace sumamente delicioso, interesante... Los problemas te hacen sexy... Pero... ¿sabés qué? William, no me gustan más tus delirios. Ni tus alucinaciones. Ni tu mundo. Nada de nada.
Dejate de joder con esa paja mental.

No hay comentarios: