miércoles, 13 de mayo de 2009

Peronachos

[Este va dedicado a Docampo, que hoy me hizo pensar....]

Se conocieron en el club del barrio. Ella tenía tan solo 20 años, él, ya maduro, rodaba casi los 30. Ella era la piba más linda, la de las piernas más largas, la de los ojos más hermosos, tenía unas tetas divinas... Todos los muchachos la relojeaban en la entraba del club, su papá se ponía muy nervioso; su mamá, estaba encantada, encantadísima...

Ella se enamoró de él en cuanto lo vio. Está re fuerte, es un bombón, papito, le decían todas... Y el pibe era más peronista que Perón. Cuando hablaba del General se le iluminaba el rostro y se veía más sexy que nunca... Las chicas morían por él, pero para el eran todas gordas.

Un día se encontraron en una fiesta en la sociedad de fomento del barrio; se miraron y se amaron. No hubo más. Ella abrazó la causa y lo acompañaba a todas las unidades básicas, lo escuchaba y se mojaba... Ni siquiera sabía qué era eso: era más virgen que Santa María Purísima.

Un día se casaron. Tuvieron como cinco hijos. Todos hermosos. Todos hombres.

Ahora ella está escuchando a la presidenta y a su marido el ex presidente cantar la marcha peronista. Ella advierte que la presidenta se viste muy bien y que está muy delgada, dónde consigue esa ropa, seguro que se la traen de Europa... Ella busca y encuentra su carnet de afiliada al partido, de cuando militaba en la JP. Ella llora, se le caen las lágrimas, no sabe por qué... Está sola en su cuarto, metida en la cama entre sábanas de seda en su casa-country de Pilar. Hoy le dio el día libre a la muchacha con cama.

Ella se separó hace varios años. Su marido la dejó por una más joven y más flaca. Ella se operó las tetas, se puso un poco de botox y a veces se va a Miami a comprarse ropa de mal gusto, como a veces le reprochan sus hijos. Ella se mira al espejo y ya no siente eso que sentía al escuchar la marcha peronista. Estoy gorda, piensa. Ella escucha la marcha peronista y se acuerda de su marido y de como se ponía y... ya no le importa nada. Le preocupa más estar flaca antes que la injusticia social...

Y decide irse a dormir, por eso se toma un alplax. Mañana vienen los nietos y hay que tener energía para aguantar a esos dos, son dos demonios. Pablo... No toques eso. Joaquín, calmate. Pablo, basta. Diego, ¿Por qué no le decís algo vos que a mi no me hacen caso? Y su hijo se ríe de ella. A mi ya nadie me hace caso, piensa.

Recuerda cuando era joven y militaba. Ella sí que creía en la justicia social, ella sí que era peronista. Ahora sólo cree que la política es cosa de hombres y a las mujeres sólo les toca estar re buenas y estar flacas, porque todo lo demás no importa...

5 comentarios:

goloviarte dijo...

primero gracias por tu visita,el blog precioso,y para que te ponga en mi blog ,solo has de pasar por el libro de visitas de mi blog y poner la dirección del tuyo en el,eso hace que sepa que tengo tu permiso,un saludo y sigue así

Chechula dijo...

no encontre el libro de visitas!

donde esta?

Oh! Magnolia dijo...

Ay ay ay los peronchos son peligrosos... pero atractivos. Sudan con olor a revolución y eso pone locas a algunas idealistas.
lindo blog!

Chechula dijo...

magnolia: esa libido propia de los hombres del poder y la politica es tan machista que hasta encanta... pero las jefas gritonas y malhumoradas pueden ser hot, tambien

Protervo dijo...

lindo y triste. beso y gracias.